Guillermo Franco

Mi nombre es Guillermo Franco. Nací en la ciudad de Goya, en Corrientes, Argentina. Tras una trayectoria profesional pasando por Argentina, México y España, escuché hablar por primera vez de Dios en el año 95, a través de una persona que se me acercó y me dijo: “Jesús te ama”. Yo al principio no entendía nada. A esta persona no la conocía, y no comprendía por qué se me había acercado y me había dicho eso.

Este hecho quedó dando vueltas en mi mente y en un par de días esa misma persona me invitó a unas reuniones de deportistas donde se leía la Biblia. Yo no sentía mucho interés; pensaba que sería algo tonto y que no tenía sentido. Me imaginaba con la Biblia bajo el brazo y mis compañeros burlándose de mí, por eso pasó un tiempo antes que me decidiese a ir a esa reunión. Al final tomé la decisión de darle una oportunidad a Dios y Él me cambió la vida.

Yo creo que esta profesión en la que estoy es como cualquier otra. Tal vez hay más presión en algunas áreas, pero si uno está firme en el Señor, buscando crecer cada día en Él y teniendo una relación diaria de amor, oración, y lectura de la Biblia, las cosas son más sencillas. En la Biblia encontramos las repuestas a las preguntas más trascendentales, pero también podemos ver cuál es la dirección a seguir en cualquier situación en el día a día, manteniéndonos firmes para no caer.

Dios me ha regalado una familia maravillosa. Tengo a mi esposa, y tratamos de educar a nuestros tres hijos en el amor de Dios y en todo lo que Él indica en su Palabra. Antes de tomar decisiones siempre nos preguntamos “¿Jesús lo haría?” y dependiendo de la respuesta, tomamos las decisiones en un sentido o en otro.

Siempre trato de que seamos un testimonio vivo, porque más que las palabras son nuestros actos los que llevan a las personas que nos rodean a alejarse o acercarse a nuestro Dios.

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